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BOCA, LOS MEDIOS Y LA ERA POST-VERDAD
Por Rodrigo Azurmendi
El mayor logró de lo dos grandes medios deportivos de la Argentina (ESPN y TyC Sports) es haberle lavado la cabeza al público de una forma tan sistemática que hasta han dejado de creer lo que ven con sus propios ojos.
El concepto no es nuevo. Lo hizo la Alemania de Hitler y Goebbels, se lo ve seguido en Estados Unidos con el alcance masivo (y nocivo) de Fox News, y lo vemos a diario — en un ámbito obviamente menos importante — en la TV argentina. El objetivo №1 y blanco constante es Boca Juniors, el único club que le genera sentimientos al 100% de la población futbolera. Se sabe, en Argentina o sos de Boca o sos anti-Boca. No hay suizos futbolísticos.
La herramienta es el gran y sostenido presente de River Plate, un equipo que va al frente y propone lo que la mayoría no puede o no se anima a proponer. Los méritos futbolísticos de River son reconocidos y merecedores de muchos de los laureles que reciben. Digo muchos porque tampoco todos, y la exageración ha hecho que muchos los cataloguen como el mejor equipo del continente cuando no ganaron ninguna de las últimas dos Copa Libertadores (y solo una de las últimas cinco) y en el campeonato argentino hace ya un buen tiempo que no dan una vuelta.
Pero el relato y el discurso se mantiene y se magnifica, porque el virus BOVER hace que todo lo que hagan River y Boca tenga que estar conectado, cuando no necesariamente es siempre así.
Pero perdura y se vuelve enfermizo, al punto de que la hinchada de River está radicalizada y cree que son los mejores siempre (algo que no avalan los resultados) y últimamente la hinchada de Boca se cree que su equipo es el peor cuando los hechos marcan que es bicampeón del fútbol argentino y también llegó al menos a semifinales en las últimas tres Libertadores.
Mirar 5 minutos de TyC Sports alcanza para darse cuenta que viven en una realidad paralela y que quieren llevar a la población a esa dimensión alterna. Hablan de River dominador y de una actuación indigna de Boca, invitándote a taparte los ojos y descreer lo que vos mismo viste.
Yo lo vi el partido. Boca, un equipo que propone poco y juega generalmente mal, lo hizo por encima de su media y además le agregó una cuota de compromiso (léase huevos) a su labor táctica.
Además, y esto es lo más importante, fue el que generó la gran mayoría de situaciones del peligro, y debería haber ganado el encuentro en los 90 minutos sin sufrir.
Tuvo que salir Juan Román Riquelme — que no es santo de mi devoción y hoy fue muy oportunista — a decir las cosas como son y sacarle la venda de los ojos al mundo:
“River no pateó al arco,” dijo, contradiciendo a una docena de prestigiosos analistas, desde Balassone hasta Latorre (y ni hablar de impresentables como Farinella o Pagani, hombres show con olor a naftalina).
¡Y TIENE RAZÓN!
River encontró el empate de la misma forma que encontró el empate en enero y en este mismo torneo hace un mes: mediante un centro al área en un momento en el que Boca no sufría. Vale uno, como todos, y es meritorio, pero en la TV te quieren hacer creer que River fue abrumador y que Boca sufrió, cuando incluso con el partido 1–1 la más clara la tuvo Tevez en un brillante centro atrás de Pavón.
¿Qué partido vieron? ¿Uno de la época de Alfaro? Sino no se entiende. O quizás si, porque el mejor truco de este diablo mediático es conseguir que no creas lo que ven tus ojos.
Boca tiene montones de problemas, con un plantel corto, veteranos que no rinden, mucho relleno falopa y muchos pibes talentosos pero que todavía no muestran la consistencia que el hincha ansioso anhela. Boca suele jugar mal. Boca hay partidos que no patea al arco. Nada de eso es mentira y definitivamente es causa de preocupación (y dolor de cabeza) para el hincha.
Pero Boca el domingo mereció ganar. Tuvo las más claras, apostó al contragolpe y lastimó varias veces. Y no goleó porque Tevez, más allá del gol (con falta previa) con el hombro, sigue estando bastante peleado con el arco. Con un 9 promedio hoy Boca ganaba 3–0.
Que no te mientan. Que no te vendan gato por liebre. Mira los partidos. Y si podes, miralos sin audio o con una transmisión de otro lado. Porque hasta Vignolo y Latorre, la parejita estrella del momento, te envenena con falsedades y comentarios tendenciosos. Latorre no analizó tácticamente a Boca en todo el partido y después de los penales dijo que “Boca juega a las jugadas”. Pero de River se llenó la boca — valga la redundancia — tirando conceptos en piloto automático que son dignos quizás del River de 2019 pero no del actual, un equipo extremadamente terrenal y mundano.
Hoy River es uno más y por eso no gana nada. Hay que reconocerle la audacia y la propuesta. La presión alta y el sentido de pertenencia. Pero hasta ahí nomás.
Si no van a apagar la tele cuando termina el partido, al menos bajen el volumen. Y si no viste el partido, aunque sea búscate un buen resumen en YouTube. Porque los panelistas te están mintiendo y lo hacen para envenenarte. Y envenenados terminamos todos como ovejitas repitiendo pseudo-análisis que no conviven con la realidad.
Sacá tus propias conclusiones — un consejo que aplica para toda interacción con los medios, y sobre todo los políticos.
Pensá por vos mismo. Está bueno, te lo recomiendo.